Found 192 Results for: Incienso Sagrado

  • Entonces él extendiendo la diestra hacia el santuario, hizo este juramento: «Si no me entregáis encadenado a Judas, arrasaré este recinto sagrado de Dios, destruiré el altar, y aquí mismo levantaré un espléndido Templo a Dióniso.» (II Macabeos 14, 33)

  • Lazo es para el hombre pronunciar a la ligera: «¡Sagrado!» y después de haber hecho el voto reflexionar. (Proverbios 20, 25)

  • ¿Qué es eso que sube del desierto, cual columna de humo sahumado de mirra y de incienso, de todo polvo de aromas exóticos? (Cantar 3, 6)

  • Antes que sople la brisa del día, y se huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso. (Cantar 4, 6)

  • nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores bálsamos. (Cantar 4, 14)

  • que pronto un hombre irreprochable salió en su defensa. Con las armas de su propio ministerio, la oración y el incienso expiatorio, se enfrentó a la ira y dio fin a la plaga, mostrando con ello que era en verdad siervo tuyo. (Sabiduría 18, 21)

  • Cual cinamomo y aspálato aromático he dado fragancia, cual mirra exquisita he dado buen olor, como gálbano y ónice y estacte, como nube de incienso en la Tienda. (Eclesiástico 24, 15)

  • Lámpara que brilla en sagrado candelero es la hermosura de un rostro sobre un cuerpo esbelto. (Eclesiástico 26, 17)

  • Ofrece incienso y memorial de flor de harina, haz pingües ofrendas según tus medios. (Eclesiástico 38, 11)

  • Como incienso derramad buen olor, abríos en flor como el lirio, exhalad perfume, cantad un cantar, bendecid al Señor por todas sus obras. (Eclesiástico 39, 14)

  • Le eligió entre todos los vivientes para presentar la ofrenda al Señor, el incienso y el aroma en memorial, y hacer expiación por el pueblo. (Eclesiástico 45, 16)

  • La memoria de Josías es mixtura de incienso preparado por arte de perfumista. En toda boca es dulce como miel, como música en medio de un banquete. (Eclesiástico 49, 1)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina