Found 97 Results for: Eterno

  • el que hizo que su brazo fuerte marchase al lado de Moisés, el que hendió las aguas ante ellos para hacerse un nombre eterno, (Isaías 63, 12)

  • ¿A mí no me temeréis? - oráculo de Yahveh -, ¿delante de mí no temblaréis, que puse la arena por término al mar, límite eterno, que no traspasará? Se agitará, mas no lo logrará; mugirán sus olas, pero no pasarán. (Jeremías 5, 22)

  • Pero Yahveh es el Dios verdadero; es el Dios vivo y el Rey eterno. Cuando se irrita, tiembla la tierra, y no aguantan las naciones su indignación. (Jeremías 10, 10)

  • Y os pondré encima oprobio eterno y baldón eterno que no será olvidado.» (Jeremías 23, 40)

  • De lejos Yahveh se me apareció. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti. (Jeremías 31, 3)

  • voz de gozo y de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de cuantos traigan sacrificios de alabanza a la Casa de Yahveh diciendo: «Alabad a Yahveh Sebaot, porque es bueno Yahveh, porque es eterno su amor», pues haré tomar a los cautivos del país, y volverán a ser como antes - dice Yahveh -. (Jeremías 33, 11)

  • De Sión preguntaron por el camino, allá se dirigen: «Venid y aliémonos a Yahveh con pacto eterno, inolvidable.» (Jeremías 50, 5)

  • En teniendo ellos calor les serviré su bebida y les embriagaré de modo que se alegren, y dormirán un sueño eterno y no se despertarán - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 51, 39)

  • Yo embriagaré a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernadores y a sus magistrados y a sus valientes, y dormirán un sueño eterno y no se despertarán - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -. (Jeremías 51, 57)

  • Olvidasteis al Dios eterno, el que os sustenta, y afligisteis a Jerusalén, la que os crió. (Baruc 4, 8)

  • he visto el cautiverio de mis hijos y mis hijas que el Eterno hizo venir sobre ellos. (Baruc 4, 10)

  • ¡Que vengan las vecinas de Sión! Acordaos del cautiverio de mis hijos y mis hijas, que el Eterno hizo venir sobre ellos. (Baruc 4, 14)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina