Found 421 Results for: Cual

  • por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano! (I Corintios 15, 2)

  • Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida. (I Corintios 15, 23)

  • el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida. (II Corintios 3, 6)

  • Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu. (II Corintios 5, 5)

  • Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal. (II Corintios 5, 10)

  • Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza. (II Corintios 8, 9)

  • Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. (II Corintios 9, 7)

  • Sois ricos en todo para toda largueza, la cual provocará por nuestro medio acciones de gracias a Dios. (II Corintios 9, 11)

  • Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo. (II Corintios 11, 2)

  • Sé de un hombre en Cristo, el cual hace catorce años - si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe - fue arrebatado hasta el tercer cielo. (II Corintios 12, 2)

  • ya que queréis una prueba de que habla en mí Cristo, el cual no es débil para con vosotros, sino poderoso entre vosotros. (II Corintios 13, 3)

  • Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo, y no en otros, motivo para glorificarse, (Gálatas 6, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina