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  • Temamos, entonces, mientras permanece en vigor la promesa de entrar en el Reposo de Dios, no sea que alguno de ustedes se vea excluido. (Hebreos 4, 1)

  • Ahora bien, sabemos que la entrada a ese Reposo está reservada a algunos, y que los primeros que recibieron la buena noticia no entraron en él, a causa de su desobediencia. (Hebreos 4, 6)

  • Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno. (Hebreos 4, 16)

  • Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimiento de su esperanza. (Hebreos 6, 11)

  • De hecho, Jesús, de quien se dicen estas cosas, pertenecía a una tribu que no era la de Leví, ninguno de cuyos miembros se dedicó al servicio del altar. (Hebreos 7, 13)

  • Efectivamente, cuando Moisés promulgó delante de todo el pueblo cada uno de los mandamientos escritos en la Ley, tomó la sangre de novillos y chivos -junto con el agua, la lana escarlata y el hisopo- y roció el Libro y también a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)

  • Alentémonos unos a otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. (Hebreos 10, 24)

  • No desertemos de nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animémonos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el Día. (Hebreos 10, 25)

  • Y por la fe, Jacob, antes de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, mientras se inclinaba, apoyado en su bastón. (Hebreos 11, 21)

  • Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos. Unos se dejaron torturar, renunciando a ser liberados, para obtener una mejor resurrección. (Hebreos 11, 35)

  • Pero, aunque su fe los hizo merecedores de un testimonio tan valioso, ninguno de ellos entró en posesión de la promesa. (Hebreos 11, 39)

  • No se olviden de practicar la hospitalidad, ya que gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a los ángeles. (Hebreos 13, 2)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina