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  • Los hijos de tus servidores tendrán una morada y su descendencia estará segura ante ti, (Salmos 102, 29)

  • Pero los impíos tendrán un castigo conforme a sus razonamientos, porque desdeñaron al justo y se apartaron del Señor. (Sabiduría 3, 10)

  • si mueren pronto, no tendrán esperanza ni consuelo en el día del Discernimiento, (Sabiduría 3, 18)

  • Así un alfarero amasa laboriosamente la tierra blanda y modela cada uno de los objetos que usamos. Con la misma arcilla modela indistintamente objetos destinados a un uso noble y otros que tendrán un destino contrario; pero es el alfarero el que decide cuál será la función de cada uno de ellos. (Sabiduría 15, 7)

  • siendo mortal, con sus manos impías, sólo puede producir una obra muerta. Él vale más que los objetos que adora, ya que él tiene vida, pero aquellos no la tendrán jamás. (Sabiduría 15, 17)

  • Los que me coman, tendrán hambre todavía, los que me beban, tendrán más sed. (Eclesiástico 24, 21)

  • Pero no se los buscará para el consejo del pueblo ni tendrán preeminencia en la asamblea; no se sentarán en el tribunal del juez ni estarán versados en los decretos de la Alianza. (Eclesiástico 38, 33)

  • Ellos serán reunidos, reunidos en un calabozo, recluidos en una prisión, y después de muchos días tendrán que dar cuenta. (Isaías 24, 22)

  • Ustedes dijeron:"¡No, huiremos a caballo!". Está bien, tendrán que huir. "¡Cabalgaremos velozmente!". Está bien, sus perseguidores serán más veloces. (Isaías 30, 16)

  • Pero el copero mayor les replicó: "¿Acaso mi señor me envió a decir estas cosas a tu señor y a ti? ¿No están dirigidas a esos hombres apostados sobre la muralla, que tendrán que comer sus excrementos y beber su orina, igual que ustedes?". (Isaías 36, 12)

  • para decir a los cautivos: "¡Salgan!" y a los que están en las tinieblas: "¡Manifiéstense!". Ellos se apacentarán a lo largo de los caminos, tendrán sus pastizales hasta en las cumbres desiertas. (Isaías 49, 9)

  • No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua. (Isaías 49, 10)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina