Found 579 Results for: palabras

  • Todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras. (Génesis 11, 1)

  • Cuando el servidor de Abraham oyó estas palabras, se postró en tierra delante del Señor. (Génesis 24, 52)

  • Al oír las palabras de su padre, Esaú lanzó un fuerte grito lleno de amargura. Luego dijo: "¡Padre, bendíceme también a mí!". (Génesis 27, 34)

  • Cuando contaron a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor, ella mandó llamar a Jacob, su hijo menor y le dijo: "Tu hermano te quiere matar para vengarse de ti. (Génesis 27, 42)

  • Al oír las palabras de su mujer: "Tu esclavo me hizo esto y esto", su patrón se enfureció, (Génesis 39, 19)

  • Apenas los alcanzó, el mayordomo les repitió estas palabras. (Génesis 44, 6)

  • Cuando regresamos a la casa de nuestro padre, tu servidor, le repetimos tus mismas palabras. (Génesis 44, 24)

  • Pero su padre se resistió con estas palabras: "Ya lo sé, hijo mío, ya lo sé. También de él nacerá un pueblo, y también él será grande. Pero su hermano menor lo aventajará, y de él descenderán naciones enteras". (Génesis 48, 19)

  • ‘Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre’". Al oír estas palabras, José se puso a llorar. (Génesis 50, 17)

  • Aarón les expuso las palabras que el Señor había dicho a Moisés, y este realizó los prodigios a la vista del pueblo. (Exodo 4, 30)

  • Moisés refirió estas palabras a los israelitas, pero ellos no quisieron escucharlo, porque estaban desalentados a causa de la dura servidumbre. (Exodo 6, 9)

  • "Mañana", dijo el Faraón. Entonces Moisés añadió: "Que suceda conforme a tus palabras. Así sabrás que no hay nadie como el Señor, nuestro Dios. (Exodo 8, 6)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina