Found 234 Results for: obra del alfarero

  • Por eso, quiero darles un consejo que les será provechoso, ya que ustedes, el año pasado, fueron los primeros, no sólo en emprender esta obra, sino también en decidir su realización. (II Corintios 8, 10)

  • Además, él ha sido designado por las Iglesias como nuestro compañero de viaje en esta obra de generosidad, a la cual nos consagramos para gloria del Señor y como prueba de nuestra buena voluntad. (II Corintios 8, 19)

  • Por esta razón, creí necesario rogar a los hermanos que se me adelantaran, para ir organizando con tiempo esa obra buena que ustedes habían prometido, de manera que aparezca como una muestra de generosidad y no de mezquindad. (II Corintios 9, 5)

  • Y así como entonces el hijo nacido según la carne perseguía al hijo nacido por obra del Espíritu, así también sucede ahora. (Gálatas 4, 29)

  • En efecto, en Cristo Jesús, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor. (Gálatas 5, 6)

  • y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder (Efesios 1, 19)

  • ¡A aquel que es capaz de hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o pensar, por el poder que obra en nosotros, (Efesios 3, 20)

  • Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, (Efesios 4, 12)

  • Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. (Filipenses 1, 6)

  • Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente. (Filipenses 2, 30)

  • Por esta razón, me fatigo y lucho con la fuerza de Cristo que obra en mí poderosamente. (Colosenses 1, 29)

  • el que obra injustamente recibirá el pago que corresponde, cualquiera sea su condición. (Colosenses 3, 25)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina