Found 19 Results for: justas

  • ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes? (Deuteronomio 4, 8)

  • En cada una de las ciudades que el Señor, tu Dios, te dé para tus tribus, pondrás jueces y escribas que dicten sentencias justas en favor del pueblo. (Deuteronomio 16, 18)

  • él le decía: "Mira, tus razones son buenas y justas, pero no habrá quien te escuche en el tribunal del rey". (II Samuel 15, 3)

  • Tú bajaste a la montaña del Sinaí y hablaste con ellos desde el cielo; les diste normas justas y leyes fidedignas, preceptos y mandamientos excelentes. (Nehemías 9, 13)

  • "Tú eres justo, Señor, y todas tus obras son justas. Todos tus caminos son fidelidad y verdad, y eres tú el que juzgas al mundo. (Tobías 3, 2)

  • Pero nosotros hemos hallado que los judíos, condenados al exterminio por ese hombre tres veces criminal, no son malhechores. Al contrario, se gobiernan con las leyes más justas, (Ester 16, 15)

  • ¿Acaso ustedes, los poderosos, pronuncian realmente sentencias justas y gobiernan a los hombres con rectitud? (Salmos 58, 2)

  • Te alabaré con un corazón recto, cuando aprenda tus justas decisiones. (Salmos 119, 7)

  • Me levanto a medianoche para alabarte por tus justas decisiones. (Salmos 119, 62)

  • Hice el juramento -y lo sostengo- de cumplir tus justas decisiones. (Salmos 119, 106)

  • La báscula y las balanzas justas pertenecen al Señor, y son obra suya todas las pesas de la bolsa. (Proverbios 16, 11)

  • Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios: (Isaías 58, 2)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina