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  • ¿Cómo se los puede llamar dioses? ¡Si son mujeres las que sirven a esos dioses de plata, de oro y de madera! (Baruc 6, 29)

  • Y esos dioses no pueden devolver el bien o el mal que se les hace, ni pueden entronizar o derrocar a un rey. (Baruc 6, 33)

  • y ellos no pueden recapacitar y abandonar a esos dioses, porque les falta el buen sentido. (Baruc 6, 41)

  • Pero esos dioses no se parecen a ninguna de estas cosas, ni en belleza ni en poder. (Baruc 6, 62)

  • Tienen visiones ilusorias y hacen predicciones engañosas, esos que andan diciendo: "¡Oráculo del Señor!", sin que el Señor los haya enviado. ¡Y todavía esperan que él confirme sus anuncios! (Ezequiel 13, 6)

  • por eso, di a esos que recubren con cal: Vendrá una lluvia torrencial, yo haré caer piedras duras de granizo, y se desatará un viento huracanado. (Ezequiel 13, 11)

  • esos profetas que profetizaban sobre Jerusalén y tenían para ella visiones de paz, cuando no había paz -oráculo del Señor-. (Ezequiel 13, 16)

  • ¡Profetiza, hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel! Tú dirás a esos pastores: Así habla el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño? (Ezequiel 34, 2)

  • Tú dirás a esos rebeldes, al pueblo de Israel: Así habla el Señor: ¡Basta ya, pueblo de Israel, de todas las abominaciones que ustedes han cometido, (Ezequiel 44, 6)

  • La cultivarán esos mismos trabajadores, tomados de entre todas las tribus de Israel. (Ezequiel 48, 19)

  • El rey les asignó para cada día una porción de sus propios manjares y del vino que él bebía. Ellos debían ser educados durante tres años, y al cabo de esos años se pondrían al servicio del rey. (Daniel 1, 5)

  • Al cabo de esos días, se vio que ellos tenían mejor semblante y estaban más rozagantes que todos los jóvenes que comían los manjares del rey. (Daniel 1, 15)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina