Found 79 Results for: dueño

  • Si no se logra descubrir al ladrón, el dueño de la casa se presentará ante Dios para atestiguar que no ha puesto su mano sobre los bienes del otro. (Exodo 22, 7)

  • Si alguien pide prestado un animal, y este sufre una fractura o muere en ausencia de su dueño, el que lo recibió en préstamo deberá indemnizar. (Exodo 22, 13)

  • Si su dueño estaba presente, no estará obligado a hacerlo. Si lo había alquilado, le pagará el precio del alquiler. (Exodo 22, 14)

  • Si ves al asno del que te aborrece, caído bajo el peso de su carga, no lo dejarás abandonado; más aún, acudirás a auxiliarlo junto con su dueño. (Exodo 23, 5)

  • el dueño de la casa irá a decir al sacerdote: "He visto en mi casa algo así como lepra". (Levítico 14, 35)

  • No entregarás al esclavo que acuda a ti huyendo de su dueño. (Deuteronomio 23, 16)

  • Estaban pasando un momento agradable, cuando los hombres de la ciudad, gente pervertida, rodearon la casa y comenzaron a golpear la puerta, diciendo al anciano dueño de casa: "Trae afuera al hombre que entró en tu casa para que tengamos relaciones con él". (Jueces 19, 22)

  • Pero el dueño de casa se presentó ante ellos y les dijo: "No, hermanos míos, no obren tan perversamente, porque ese hombre es mi huésped. ¡No cometan esa infamia! (Jueces 19, 23)

  • Pero Nabal respondió a los servidores de David: "¿Quién es David y quién es el hijo de Jesé? Hoy en día hay muchos esclavos que se evaden de su dueño. (I Samuel 25, 10)

  • Luego David le preguntó: "¿De quién eres y de dónde vienes?". Él respondió: "Soy un muchacho egipcio, esclavo de un amalecita. Mi dueño me abandonó hace tres días, porque caí enfermo. (I Samuel 30, 13)

  • David le preguntó: "¿Quieres llevarme adonde está esa banda?". Él respondió: "Júrame por Dios que no me matarás ni me entregarás en manos de mi dueño, y yo te llevaré adonde está esa banda". (I Samuel 30, 15)

  • y luego le compró a Sémer el monte de Samaría, por dos talentos de plata. Levantó edificaciones en la montaña, y dio a la ciudad que había edificado el nombre de Samaría, por el nombre de Sémer, el dueño del monte. (I Reyes 16, 24)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina