Found 85 Results for: dieron

  • Y cuando llegó el momento en que David debía casarse con Merab, la hija de Saúl, se la dieron como esposa a Adriel de Mejolá. (I Samuel 18, 19)

  • Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron esta noticia: "David está en el desierto de Engadí". (I Samuel 24, 2)

  • En pleno campo encontraron a un egipcio, y se lo llevaron a David. Le dieron pan para comer y agua para beber, (I Samuel 30, 11)

  • Los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y los que estaban al otro lado del Jordán, al ver que los israelitas huían y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y se dieron a la fuga. Luego vinieron los filisteos y se establecieron allí. (I Samuel 31, 7)

  • Joab y su hermano Abisai dieron muerte a Abner, porque él les había matado a su hermano Asael, en Gabaón, durante un combate. (II Samuel 3, 30)

  • En Jerusalén se urdió una conspiración contra él, y él huyó a Laquis, pero lo hicieron perseguir hasta Laquis y allí le dieron muerte. (II Reyes 14, 19)

  • Como era Dios el que combatía a favor de ellos, dieron muerte a muchos enemigos y ocuparon su lugar hasta el exilio. (I Crónicas 5, 22)

  • A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de media tribu de Manasés. (I Crónicas 6, 46)

  • Los israelitas dieron a los levitas estas ciudades con sus campos de pastoreo. (I Crónicas 6, 49)

  • Todos los hombres de Israel que estaban en el valle, al ver que la gente huía y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Luego vinieron los filisteos y se establecieron allí. (I Crónicas 10, 7)

  • Cuando los amonitas se dieron cuenta de que se habían enemistado con David, Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para contratar carros de guerra y caballería en Arám Naharaim, en Arám de Maacá y en Sobá. (I Crónicas 19, 6)

  • y dieron para el servicio de la Casa de Dios cinco mil talentos de oro, diez mil dáricos, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce y cien mil talentos de hierro. (I Crónicas 29, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina