Found 481 Results for: Servicio en el templo

  • Luego Elcaná se fue a su casa en Ramá, y el niño quedó al servicio del Señor, a las órdenes del sacerdote Elí. (I Samuel 2, 11)

  • Elí era ya muy viejo, y oyó hablar de todo lo que hacían sus hijos a Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que prestaban servicio a la entrada de la Carpa del Encuentro. (I Samuel 2, 22)

  • La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. (I Samuel 3, 3)

  • Allí tomaron el Arca de Dios, la introdujeron en el templo de Dagón y la expusieron al lado de Dagón. (I Samuel 5, 2)

  • Por eso, hasta el día de hoy los sacerdotes de Dagón y los que entran en su templo, en Asdod, no pisan el umbral. (I Samuel 5, 5)

  • Los hebreos que antes habían estado al servicio de los filisteos, y que habían subido con ellos al campamento, también se plegaron a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. (I Samuel 14, 21)

  • David se presentó a Saúl y se puso a su servicio. Saúl le tomó un gran afecto y lo hizo su escudero. (I Samuel 16, 21)

  • Luego mandó decir a Jesé: "Que David se quede a mi servicio porque me ha caído bien". (I Samuel 16, 22)

  • Jonatán llamó a David y lo puso al tanto de todo. Luego lo llevó a la presencia de Saúl, y David quedó a su servicio como antes. (I Samuel 19, 7)

  • Entonces los jefes filisteos preguntaron: "¿Qué hacen aquí esos hebreos?". Aquís les respondió: "¿No ven que es David, el servidor de Saúl, rey de Israel? Ya hace uno o dos años que está conmigo, y no lo he sorprendido en ninguna falla, desde que se pasó a mi servicio hasta el día de hoy". (I Samuel 29, 3)

  • David dijo a Aquís: "¿Qué he hecho? ¿Has sorprendido a tu servidor en alguna falla, desde que entré a tu servicio hasta hoy, para que no pueda ir a combatir contra los enemigos de mi señor, el rey?". (I Samuel 29, 8)

  • Depositaron las armas de Saúl en el templo de Astarté y colgaron su cadáver en los muros de Betsán. (I Samuel 31, 10)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina