Found 42 Results for: Roboám

  • Roboám llegó a Jerusalén y convocó a la casa de Judá y a Benjamín -ciento ochenta mil guerreros adiestrados- para ir a combatir contra Israel y recuperar el reino. (II Crónicas 11, 1)

  • "Di a Roboám, hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la gente de Israel que está en Judá y en Benjamín: (II Crónicas 11, 3)

  • Roboám habitó en Jerusalén y construyó ciudades fortificadas en Judá. (II Crónicas 11, 5)

  • Los sacerdotes y levitas de todo Israel acudían desde sus territorios para plegarse a Roboám. (II Crónicas 11, 13)

  • Así fortalecieron el reino de Judá y durante tres años, consolidaron a Roboám, hijo de Salomón, ya que durante tres años se siguió el camino de David y Salomón. (II Crónicas 11, 17)

  • Roboám tomó por esposa a Majalat, hija de Ierimot, hijo de David y de Abijáil, hijo de Eliab, hijo de Jesé. (II Crónicas 11, 18)

  • Roboám amó a Maacá, hija de Absalón, más que a todas sus mujeres y concubinas, ya que tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas, y fue padre de veintiocho hijos y de sesenta hijas. (II Crónicas 11, 21)

  • Roboám puso al frente de sus hermanos a Abías, hijo de Maacá, constituyéndolo príncipe heredero, porque quería hacerlo rey. (II Crónicas 11, 22)

  • Pero cuando Roboám consolidó su reino y se hizo fuerte, abandonó la Ley del Señor, y con él todo Israel. (II Crónicas 12, 1)

  • Y por haber sido infieles al Señor, en el año quinto del rey Roboám, subió contra Jerusalén Sisac, rey de Egipto, (II Crónicas 12, 2)

  • Entonces el profeta Semaías se presentó a Roboám y a los jefes de Judá, que se habían concentrado en Jerusalén ante el avance de Sisac, y les dijo: "Así habla el Señor: Ustedes me han abandonado a mí, y yo, a mi vez, los he abandonado en manos de Sisac". (II Crónicas 12, 5)

  • En lugar de ellos, el rey Roboám hizo unos escudos de bronce, y se los confió a los jefes de los guardias que custodiaban el acceso a la casa del rey. (II Crónicas 12, 10)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina