Found 182 Results for: Ordenó

  • Demetrio le dio autorización para reclutar tropas, fabricar armamentos y ser su aliado. También ordenó que le entregaran los rehenes detenidos en la Ciudadela. (I Macabeos 10, 6)

  • Ordenó a los constructores que reconstruyeran las murallas y que rodearan el monte Sión con un muro de piedras talladas, y así lo hicieron. (I Macabeos 10, 11)

  • ordenó que quitaran a Jonatán la ropa que tenía puesta y lo vistieran de púrpura. Así lo hicieron. (I Macabeos 10, 62)

  • Cuando Jonatán se enteró de esto, ordenó continuar el asedio y decidió enfrentar él mismo el peligro: eligió un grupo de ancianos y sacerdotes de Israel, (I Macabeos 11, 23)

  • Al ponerse el sol, Jonatán ordenó a sus hombres que velaran toda la noche con las armas en la mano, listos para entrar en combate, y estableció puestos de avanzada alrededor del campamento. (I Macabeos 12, 27)

  • Lo recibió con grandes honores, lo recomendó a todos sus Amigos, le hizo regalos y ordenó a sus Amigos y a sus tropas que lo obedecieran como a él mismo. (I Macabeos 12, 43)

  • Ellos le comunicaron que no habían encontrado fuego, sino un líquido espeso, y él les mandó que lo sacaran y lo trajeran. Cuando el sacrificio estuvo dispuesto, Nehemías ordenó a los sacerdotes que rociaran con ese líquido la leña y todo lo que había sobre ella. (II Macabeos 1, 21)

  • Consta en los archivos que el profeta Jeremías ordenó a los deportados que tomaran fuego, como ya se ha indicado, (II Macabeos 2, 1)

  • y cuando estuvieron al rojo vivo, ordenó que cortaran la lengua al que había hablado en nombre de los demás, y que le arrancaran el cuello cabelludo y le amputaran las extremidades en presencia de sus hermanos y de su madre. (II Macabeos 7, 4)

  • "Yo no sé cómo ustedes aparecieron en mis entrañas; no fui yo la que les dio el espíritu y la vida ni la que ordenó armoniosamente los miembros de su cuerpo. (II Macabeos 7, 22)

  • Enfurecido a causa de esto, pensaba desquitarse con los judíos de la afrenta que le habían inferido los que le obligaron a emprender la retirada. Entonces ordenó al auriga que condujera el carro sin parar hasta el fin del trayecto. Pero, en realidad, ya era inminente el juicio del Cielo porque él había dicho lleno de arrogancia: "Al llegar allí, haré de Jerusalén un cementerio de judíos". (II Macabeos 9, 4)

  • Pero el Rey de los reyes provocó la indignación de Antíoco contra aquel criminal, porque Lisias le hizo ver que aquel hombre era el causante de todos los males. Entonces Antíoco ordenó que lo llevaran a Berea para que lo mataran según las costumbres del lugar. (II Macabeos 13, 4)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina