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  • No volveremos a nuestros hogares hasta que cada israelita haya tomado posesión de su propiedad hereditaria. (Números 32, 18)

  • Partieron de Mará y llegaron a Elím, donde hay doce fuentes y setenta palmeras, y allí acamparon. (Números 33, 9)

  • y hayan desposeído de sus dominios a todos los habitantes del país, ustedes harán desaparecer todas sus imágenes esculpidas y todas sus estatuas de metal fundido, y demolerán todos sus lugares altos. (Números 33, 52)

  • Pero si no despojan de sus dominios a los habitantes del país, los que ustedes hayan dejado serán como espinas en sus ojos y como aguijones en su costado, que los asediarán en la tierra donde habiten. (Números 33, 55)

  • Cuando cedan esas ciudades, tomándolas de lo que es propiedad de los israelitas, exigirán más de los grupos numerosos, y menos de los grupos más pequeños. De esta manera, cada uno cederá a los levitas una cantidad de ciudades proporcionada a la herencia que haya recibido. (Números 35, 8)

  • encontrarán ciudades que les servirán como ciudades de refugio, donde puedan huir los homicidas que hayan matado a alguien involuntariamente. (Números 35, 11)

  • Esas seis ciudades podrán servir de refugio no sólo a los israelitas, sino también a los extranjeros residentes o que estén de paso entre ustedes, de manera que todo el que haya matado a otro involuntariamente, pueda refugiarse en ellas. (Números 35, 15)

  • No profanen la tierra donde viven, porque la sangre profana la tierra, y no hay para la tierra otra expiación por la sangre derramada, que la sangre de aquel que la derramó. (Números 35, 33)

  • -Desde el Horeb hasta Cades Barné, hay once días de camino por las montañas de Seír-. (Deuteronomio 1, 2)

  • "Señor, tú que has comenzado a mostrar a tu servidor tu grandeza y tu mano poderosa, porque no hay ningún dios en el cielo o en la tierra capaz de realizar las obras y los portentos que tú realizas: (Deuteronomio 3, 24)

  • A ti se te hicieron ver todas estas cosas, para que sepas que el Señor es Dios, y que no hay otro dios fuera de él. (Deuteronomio 4, 35)

  • Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios -allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina