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  • El décimo día de ese séptimo mes tendrán una asamblea litúrgica, ayunarán y no harán ninguna clase de trabajo. (Números 29, 7)

  • El día quince del séptimo mes tendrán una asamblea litúrgica. No harán ninguna clase de trabajos y durante siete días seguidos celebrarán una fiesta de peregrinación en honor del Señor. (Números 29, 12)

  • El octavo día tendrán una reunión solemne y no harán ninguna clase de trabajo. (Números 29, 35)

  • No vayan a pervertirse, entonces, haciéndose ídolos de cualquier clase, que tengan figura de hombre o de mujer, (Deuteronomio 4, 16)

  • Y si después de haber tenido hijos y nietos y de haber vivido largo tiempo en el país, ustedes se pervierten y se hacen ídolos de cualquier clase, si cometen lo que es malo a los ojos del Señor, su Dios, y provocan su indignación, (Deuteronomio 4, 25)

  • en casas colmadas de toda clase de bienes, que tú no acumulaste; en pozos que tú no cavaste; en viñedos y olivares que tú no plantaste- y cuando comas hasta saciarte, (Deuteronomio 6, 11)

  • pero podrán comer cualquier clase de pájaros puros. (Deuteronomio 14, 20)

  • No plantarás ninguna clase de árbol, para tenerlo como poste sagrado, junto al altar que dediques al Señor, tu Dios. (Deuteronomio 16, 21)

  • No sacrificarás al Señor, tu Dios, ningún animal del ganado mayor o menor que tenga un defecto o cualquier clase de imperfección, porque eso es una abominación para el Señor, tu Dios. (Deuteronomio 17, 1)

  • No sembrarás en tu viña otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será sagrada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • servirás a los enemigos que el Señor enviará contra ti, en medio del hambre y la sed, de la desnudez y de toda clase de privaciones. Y él pondrá en tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte. (Deuteronomio 28, 48)

  • ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de este dios poderoso? Este es el dios que castigó a los egipcios con toda clase de plagas en el desierto. (I Samuel 4, 8)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina