Found 754 Results for: ves

  • Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. (Carta a los Colosenses 3, 12)

  • Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto. (Carta a los Colosenses 3, 14)

  • De ese modo el nombre de Jesús, nuestro Señor, será glorificado a través de ustedes y ustedes lo serán en él, por gracia de nuestro Dios y de Cristo Jesús, el Señor. (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 12)

  • Asimismo, que las mujeres sepan revestirse de gracia y buen juicio, en vez de adornarse con peinados rebuscados, oro, joyas o vestidos caros. (1º Carta a Timoteo 2, 9)

  • Te pido insistentemente ante Dios, Cristo Jesús y los santos ángeles que observes estas reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias. (1º Carta a Timoteo 5, 21)

  • consérvate sin mancha. Hay personas cuyos pecados son notorios antes de cualquier investigación; los de otros, en cambio, sólo después. (1º Carta a Timoteo 5, 24)

  • Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. (2º Carta a Timoteo 1, 6)

  • Ellos desaparecerán, pero tú permaneces. Serán para ti como un vestido viejo; (Carta a los Hebreos 1, 11)

  • él nos abrió ese camino nuevo y vivo a través de la cortina, es decir, su carne. (Carta a los Hebreos 10, 20)

  • Por la fe atravesaron el mar Rojo como si fuera tierra seca, mientras que los egipcios trataron de pasarlo y se ahogaron. (Carta a los Hebreos 11, 29)

  • Fueron apedreados, torturados, aserrados, murieron a espada, anduvieron errantes de una parte para otra, sin otro vestido que pieles de corderos y de cabras, faltos de todo, oprimidos, maltratados. (Carta a los Hebreos 11, 37)

  • Supongamos que entra en su asamblea un hombre muy bien vestido y con un anillo de oro y entra también un pobre con ropas sucias, (Carta de Santiago 2, 2)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina