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José es su toro primogénito: ¡gloria a él! Son sus cuernos, cuernos de búfalo, con los que hiere a todos los pueblos hasta los confines de la tierra. ¡Miren las muchedumbres de Efraím y los millares de Manasés! (Deuteronomio 33, 17)
al lado oriental del Jordán. Por otra parte los levitas no recibieron herencia, pero en lugar de ellos, los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraím. Los levitas no tuvieron tierras sino algunas ciudades para vivir y el campo alrededor para mantener a sus bestias y ganados. (Josué 14, 4)
La tierra que le correspondió por suerte a los hijos de José se extendía al oriente, desde el Jordán, frente a Jericó, por el desierto que desde Jericó sube al norte de Betel. (Josué 16, 1)
Los hijos de José, Manasés y Efraím, se repartieron esta herencia. (Josué 16, 4)
La porción que tocó por suerte a la tribu de Manasés (primogénito de José), fue atribuida a Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, pues era un valiente. (Josué 17, 1)
Obtuvo el país de Galaad y Basán. También fue atribuida una parte a los demás hijos de Manasés, en proporción a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Elec, los hijos de Esriel, los hijos de Siquem, los hijos de Jefer y los hijos de Semida: éstos son los hijos varones de Manasés, hijo de José, cabezas de familias. (Josué 17, 2)
Los hijos de José se dirigieron a Josué, y le dijeron: «¿Por qué nos has dado una sola parte y una sola provincia, siendo que somos un pueblo tan numeroso, por la gracia de Yavé?» (Josué 17, 14)
Los hijos de José replicaron: «El país montañoso no nos basta. Y en la llanura los cananeos usan carros armados de hierro, tanto los de Betsán y sus aldeas como los del llano de Jezrael.» (Josué 17, 16)
Entonces dijo Josué a la gente de José, a los hombres de Efraím y Manasés: «Ustedes son un pueblo numeroso y valiente; no tendrán esta sola parte sino que subirán a las montañas y las desmontarán y limpiarán. (Josué 17, 17)
Se dividirá el país en siete partes, pues Judá tiene su territorio al sur, y la gente de José, el suyo al norte. (Josué 18, 5)
Los hijos de Benjamín, distribuidos por familias, fueron los primeros favorecidos por la suerte, con una parte del terreno situado entre los hijos de Judá y los hijos de José. (Josué 18, 11)
Los israelitas habían traído de Egipto los huesos de José. Los enterraron en Siquem, en un lugar del campo que Jacob compró a los hijos de Hemor, padre de Siquem, por cien monedas, y que quedó como herencia de los hijos de José. (Josué 24, 32)