Found 196 Results for: oye

  • «Oye pueblo estúpido y tonto, que tienes ojos y no ves, orejas y no oyes.» (Jeremías 5, 21)

  • Como se saca agua de un pozo, así brota de ella la maldad. Allí sólo se oye hablar de violencia e injusticia, y mis ojos están siempre viendo los golpes y el mal trato.» (Jeremías 6, 7)

  • Pero tampoco ustedes me oyeron ni me hicieron caso, y, endureciendo su cabeza, se portaron peor que ellos.» (Jeremías 7, 26)

  • Ven y oyen, pero hablan otro lenguaje y nadie llora su maldad, diciendo: «¿Qué es lo que he hecho?» Todos prosiguen su loca carrera como un caballo que se lanza a la carga. (Jeremías 8, 6)

  • Lancen por los montes gemidos y lamentos, y un canto fúnebre por el pasto del desierto, porque ha sido quemado, y nadie pasa por allí, ni se oyen los mugidos del ganado. Desde los pájaros del cielo hasta las bestias, todas han huido, han desaparecido. (Jeremías 9, 9)

  • Mas ellos cambian su proceder, dejando la maldad que yo denunciaba. Entonces, yo también cambio mis proyectos y ya no les quiero causar ningún mal. (Jeremías 18, 8)

  • Además, Yavé, sin cesar,) les ha mandado a sus servidores los profetas, pero ustedes ni los oyeron ni les hicieron caso. (Jeremías 25, 4)

  • Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en la Casa de Yavé. (Jeremías 26, 7)

  • grande en tus proyectos y poderoso en tus realizaciones; tú tienes los ojos fijos en la conducta de los humanos para pagar a cada uno según su conducta y según el fruto de sus obras! 20 Tú que realizaste maravillas y prodigios, primero en Egipto y luego en Israel y en la humanidad entera hasta hoy, te has hecho famoso con todo eso, como se puede ver actualmente. (Jeremías 32, 19)

  • Cuando oyeron todos estos discursos, se miraron uno al otro muy asustados y dijeron a Baruc: «Tenemos que dar a conocer al rey todo esto.» (Jeremías 36, 16)

  • Se pusieron en camino e hicieron un alto en Caman, cerca de Belén. Su proyecto era irse a Egipto, lejos de los caldeos, a quienes temían, después que Ismael había asesinado a Godolías, puesto por el rey de Babilonia para gobernar el país. (Jeremías 41, 17)

  • Se oye el martilleo de las herraduras de sus caballos, el ruido de sus carros y el estrépito de sus ruedas. Los padres ya no miran por sus hijos, sus manos están sin fuerza. (Jeremías 47, 3)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina