Found 221 Results for: ofrenda de alimentos

  • Cuando lo supo Lisias, se apresuró a dar la señal de partida, diciendo al rey, a los generales del ejército y a los soldados: «De día en día perdemos fuerzas, escasean los alimentos y el lugar que sitiamos está fuertemente defendido; no podemos descuidar los asuntos del reino. (1 Macabeos 6, 57)

  • Entonces los de la fortaleza mandaron mensajeros a Trifón para que viniera pronto en su ayuda por el desierto y les trajera alimentos. (1 Macabeos 13, 21)

  • Simón, por su parte, reconstruyó las fortalezas de Judea, las rodeó de altas torres y grandes murallas con puertas y cerrojos y almacenó alimentos en ellas. (1 Macabeos 13, 33)

  • Abasteció a las ciudades de alimentos e hizo de ellas ciudades fuertes. Y fue famoso hasta los extremos del mundo. (1 Macabeos 14, 10)

  • Los sitiados, que se sentían seguros por la robustez de los muros y porque tenían sus almacenes llenos de alimentos, despreciaban y trataban groseramente con insultos a los hombres de Judas. Además, proferían blasfemias y palabras sacrílegas. (2 Macabeos 12, 14)

  • Haz tu ofrenda a Yavé, tomando de tus bienes los primeros frutos de tus cosechas; (Proverbios 3, 9)

  • No te abalances sobre sus buenos platos: son alimentos engañosos. (Proverbios 23, 3)

  • Mira dónde pisas cuando vayas a la Casa de Dios. Presenta la ofrenda como un hombre prevenido, no como los tontos que ofrecen el sacrificio y no ven que hacen el mal. (Eclesiastés (Qohelet) 4, 17)

  • Los probó como al oro en el horno donde se funden los metales, y los aceptó como una ofrenda perfecta. (Sabiduría 3, 6)

  • No guardes rencor a tu prójimo sea cual fuere la ofrenda; no hagas algo bajo el efecto de la cólera. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 6)

  • Dejar ofrendas de alimentos en las tumbas es presentar cosas buenas a una boca cerrada; (Sirácides (Eclesiástico) 30, 18)

  • lo mismo pasa con la ofrenda a un ídolo: ¿para qué, si ni come ni siente? Eso le pasa a un hombre perseguido por el Señor: (Sirácides (Eclesiástico) 30, 19)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina