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Ella contestó: «Estoy huyendo de Saray, mi señora.» Le replicó el Angel del Señor: «Regresa donde tu señora y ponte a sus órdenes con humildad.» (Génesis 16, 9)
Dios dijo a Jacob: "Ponte en camino, sube a Betel. Allí te establecerás y levantarás un altar al Dios que se te apareció cuando ibas huyendo de tu hermano Esaú.» (Génesis 35, 1)
levantó allí un altar y llamó al lugar «El-Betel», porque allí fue donde se le había aparecido Dios, cuando iba huyendo de su hermano. (Génesis 35, 7)
y al sentir que yo levantaba la voz y gritaba, salió huyendo y dejó su ropa en mis manos.» (Génesis 39, 15)
Cuando grité pidiendo auxilio, él salió huyendo y dejó su ropa en mis manos.» (Génesis 39, 18)
Todos los israelitas que estaban en los alrededores salieron huyendo y decían: "¡No vaya a tragarnos también la tierra!" (Números 16, 34)
Se quedó cada uno en su puesto alrededor del campamento y los del campamento comenzaron a correr gritando y huyendo. (Jueces 7, 21)
Tratarás, en cambio, muy bien a los hijos de Barzilay de Galaad. Los harás sentarse diariamente a tu mesa, pues ellos me atendieron cuando yo andaba huyendo de tu hermano Absalón. (1 Reyes 2, 7)
Este estaba con David en Pas Dammim, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla. Había allí una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba huyendo de los filisteos. (1 Crónicas 11, 13)
Apenas lo supo Jeroboam, hijo de Nabat, estando todavía en Egipto, adonde había ido huyendo del rey Salomón, volvió de Egipto, pues habían enviado a llamarlo. (2 Crónicas 10, 2)
Por último, tuvo un final desastroso; acusado ante Aretas, rey de los árabes, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido por todos, despreciado como renegado de las leyes y odiado como verdugo de la patria y de sus conciudadanos, fue desterrado a Egipto. (2 Macabeos 5, 8)
quedó humillado con el auxilio de Dios por aquellos mismos que él había despreciado. Despojado de su rico traje, huyendo a través de los campos como fugitivo, llegó a Antioquía demasiado feliz todavía de haber escapado a la destrucción de su ejército. (2 Macabeos 8, 35)