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  • de este modo el que comunicaba la santidad se identificaría con aquellos a los que sanctificaba. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos, cuando dice: (Carta a los Hebreos 2, 11)

  • cuando me tentaron sus padres, me pusieron a prueba y vieron mis prodigios (Carta a los Hebreos 3, 9)

  • Si a pesar de todo esto recayeron, es imposible renovarlos por la penitencia cuando vuelven a crucificar por su cuenta al Hijo de Dios y se burlan de él. (Carta a los Hebreos 6, 6)

  • Ustedes se encuentran en una situación mejor y tienen salvación; lo creemos, amadísimos, aun cuando hablemos de este modo. (Carta a los Hebreos 6, 9)

  • Los hombres juran por alguien mayor que ellos, y cuando algo es dudoso, el juramento pone fin a la discusión. (Carta a los Hebreos 6, 16)

  • Tenemos, pues, promesa y juramento, dos cosas irrevocables en las que Dios no puede mentir y que nos dan plena seguridad cuando dejamos todo para aferrarnos a nuestra esperanza. (Carta a los Hebreos 6, 18)

  • Se sabe que Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando volvía de derrotar a los reyes; bendijo a Abrahán (Carta a los Hebreos 7, 1)

  • Además, por así decirlo, cuando Abrahán paga el diezmo, lo paga con él la familia de Leví, (Carta a los Hebreos 7, 9)

  • pues de alguna manera Leví estaba en su abuelo Abrahán cuando Melquisedec le vino al encuentro. (Carta a los Hebreos 7, 10)

  • Pues es notorio que nuestro Señor salió de la tribu de Judá, de la que Moisés no habló cuando trató de los sacerdotes. (Carta a los Hebreos 7, 14)

  • Y aquí tenemos un juramento, lo que no se dio cuando los otros fueron hechos sacerdotes. (Carta a los Hebreos 7, 20)

  • Su liturgia, en realidad, no es sino una figura y una sombra de las cosas sobrenaturales, como lo indica la palabra de Dios a Moisés cuando estaba para construir el Santuario. Le dijo: Mira, harás todo conforme el modelo que se te mostró en el cerro. (Carta a los Hebreos 8, 5)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina