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si van a servir a otros dioses y se postran ante ellos, sean el sol, o la luna, o las estrellas del cielo, respecto a los cuales no te di ningún mandato, (Deuteronomio 17, 3)
Así harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, y que no sean de aquellas de las cuales has de tomar posesión. (Deuteronomio 20, 15)
Cuando un hombre tiene dos mujeres, de las cuales a una quiere y a la otra, no, puede ser que las dos le den hijos y que el primogénito sea hijo de la mujer menos amada. (Deuteronomio 21, 15)
Yavé tratará a estas ciudades tal como trató a Sijón y a Og, los reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó. (Deuteronomio 31, 4)
y todo el territorio de los habitantes de las montañas, desde el Líbano hasta Misrefat-Maím, los cuales son sidonios. Yo soy el que los derrotaré delante de los israelitas. Por lo tanto, procura que este país pase a ser parte de la herencia de Israel, tal como te lo he ordenado. (Josué 13, 6)
Los israelitas no exterminaron a los de Gesuri y Macati, los cuales siguen viviendo entre ellos hasta la fecha. (Josué 13, 13)
Israel sirvió a Yavé durante toda la vida de Josué y de los ancianos que vivieron más tiempo que Josué, los cuales habían presenciado todas las maravillas que Yavé hizo en favor de Israel. (Josué 24, 31)
Si bien conquistaron la zona montañosa con la ayuda de Yavé, no pudieron desalojar a los habitantes de la llanura, los cuales combatían con carros de hierro. (Jueces 1, 19)
Pero,cuando los israelitas se sintieron más fuertes, exigieron impuestos a los cananeos, los cuales permanecieron en su lugar. (Jueces 1, 28)
Gedeón dividió a sus trescientos hombres en tres bandos. A todos les pasó luego las trompetas y los jarrones vacíos, dentro de los cuales había antorchas encendidas. (Jueces 7, 16)
Por esto, hicieron llamar a los jefes de las ciudades de los filisteos, a los cuales dijeron: «Devuelvan el Arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar y no nos haga morir a todos.» Porque se difundía por todas las ciudades el terror de la muerte, ya que la mano de Dios se había sentido duramente allí. (1 Samuel 5, 11)
Desde el día en que el Arca quedó instalada en Cariatiarim, transcurrieron veinte largos años, durante los cuales el pueblo de Israel gemía y suplicaba a Yavé. (1 Samuel 7, 2)