Found 1001 Results for: ciudad de Hebrón

  • Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de su ciudad y hablaron a sus conciudadanos, reunidos allí. (Génesis 34, 20)

  • Todos los que salían por la puerta de la ciudad se dejaron convencer por Hamor y su hijo Siquem, y todos los varones de la ciudad se hicieron circuncidar. (Génesis 34, 24)

  • Al tercer día, cuando estaban más doloridos, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, agarraron sus espadas, entraron en la ciudad sin peligro y mataron a todos los varones. (Génesis 34, 25)

  • Los demás hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad. (Génesis 34, 27)

  • Se apoderaron de sus vacas, ovejas, burros y de todo lo que había en la ciudad o en el campo. (Génesis 34, 28)

  • Volvió Jacob a la casa de su padre Isaac, a Mambré, junto a Quiryat-Arbe, (es decir, Hebrón), donde Abraham e Isaac habían vivido como forasteros. (Génesis 35, 27)

  • En Edom reinó Bela, hijo de Beor, y el nombre de su ciudad era Dinaba. (Génesis 36, 32)

  • Murió Husam y reinó en su lugar Hadad, hijo de Badad, el cual derrotó a Madián en los campos de Moab. El nombre de su ciudad era Avit. (Génesis 36, 35)

  • Murió Balanán y ocupó el reino Adar, cuya ciudad se llamaba Fau, y su mujer, Metable, hija de Matred, hija de Mezaab. (Génesis 36, 39)

  • Su padre le dijo: «Anda a ver como estáa el rebaño y cómo se encuentran tus hermanos, y ven después a contármelo.» Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. (Génesis 37, 14)

  • José juntó todos los víveres producidos en estos años de abundancia e hizo reservas en las ciudades; en cada ciudad almacenó los productos del campo de sus alrededores. (Génesis 41, 48)

  • Habían salido ya de la ciudad y se encontraban aún a poca distancia, cuando José dijo a su mayordomo: «Corre detrás de esos hombres, y cuando los alcances, les dirás: ¿Por qué han devuelto mal por bien? (Génesis 44, 4)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina