Found 119 Results for: amar al prójimo

  • Gánate la confianza de tu prójimo mientras sea pobre, y si llega a ser rico disfrutarás con él de sus bienes. Sé fiel a él en los días difíciles, y cuando le llegue una herencia, compartirás con él. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 23)

  • Perdona a tu prójimo el daño que te ha hecho, así cuando tú lo pidas, te serán perdonados tus pecados. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 2)

  • Acuérdate de los mandamientos y no tengas rencor a tu prójimo; piensa en la alianza del Altísimo, y olvida la ofensa. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 7)

  • El que sabe de compasión presta a su prójimo, el que acude en su ayuda observa los mandamientos. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 1)

  • Presta a tu prójimo si lo necesita; por tu parte, págale a tu prójimo en el plazo acordado. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 2)

  • Manten tu palabra, sé leal con tu prójimo, y en cualquier momento tendrás lo que necesitas. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 3)

  • Mientras no hayan recibido, besarán las manos del pròjimo, se harán los humildes pensando en lo que él tiene; pero en el momento de la devoluciòn le piden una pròrroga, o le pagan con palabras hirientes, o se quejan de la mala situación. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 5)

  • Sé sin embargo generoso con el prójimo, no lo dejes esperando tu limosna. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 8)

  • El hombre de bien sirve de aval a su prójimo; tendría que haber perdido toda la vergüenza para abandonarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 14)

  • Acude en ayuda de tu prójimo en la medida de tus posibilidades, pero trata de no caerte. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 20)

  • Mata a su prójimo el que le quita los medios para sobrevivir; retener el salario de un trabajador es lo mismo que derramar su sangre. (Sirácides (Eclesiástico) 34, 22)

  • No cometerán el mal, ni dañarán a su prójimo en todo mi Cerro santo, pues, como llenan las aguas el mar, se llenará la tierra del conocimiento de Yavé. (Isaías 11, 9)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina