Found 843 Results for: Moisés y serpiente

  • La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» (Génesis 3, 1)

  • La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, (Génesis 3, 2)

  • La serpiente dijo a la mujer: «No es cierto que morirán. (Génesis 3, 4)

  • Yavé dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?» La mujer respondió: «La serpiente me engañó y he comido.» (Génesis 3, 13)

  • Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida. (Génesis 3, 14)

  • Será como serpiente en el camino, como víbora en el sendero, que muerde los talones del caballo, y hace caer de espaldas al jinete. (Génesis 49, 17)

  • Habiendo crecido el niño, ella lo llevó a la hija de Faraón, y pasó a ser para ella como su hijo propio. Ella lo llamó Moisés, pues, dijo, «lo he sacado de las aguas.» (Exodo 2, 10)

  • Tiempo después, siendo Moisés ya mayor, se preocupó por sus hermanos y entonces fue cuando comprobó sus penosos trabajos. Le tocó ver cómo un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos. (Exodo 2, 11)

  • Al día siguiente salió de nuevo, y esta vez dos hebreos estaban peleando. Moisés dijo al culpable: «¿Por qué le pegas a tu compañero?» (Exodo 2, 13)

  • Y él le contestó: «¿Quién te ha puesto de jefe y juez sobre nosotros? ¿Y por qué no me matas como mataste al egipcio?» Moisés tuvo miedo, pues pensó: «Este asunto ya se sabe.» (Exodo 2, 14)

  • De hecho, le llegó la noticia a Faraón y buscó a Moisés para matarlo, pero Moisés huyó de la presencia de Faraón y se fue a vivir al país de Madián. Allí se sentó junto a un pozo. (Exodo 2, 15)

  • llegaron unos pastores y las echaron. Entonces Moisés salió en su defensa, y dio de beber al rebaño. (Exodo 2, 17)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina