Found 174 Results for: Juan el Bautista

  • Juan quiso disuadirlo y le dijo: «¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.» (Evangelio según San Mateo 3, 14)

  • Jesús le respondió: «Deja que hagamos así por ahora. De este modo respetaremos el debido orden.» Entonces Juan aceptó. (Evangelio según San Mateo 3, 15)

  • Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. (Evangelio según San Mateo 4, 12)

  • Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan; estaban con su padre en la barca arreglando las redes. Jesús los llamó, (Evangelio según San Mateo 4, 21)

  • Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: «Nosotros y los fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?» (Evangelio según San Mateo 9, 14)

  • Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; (Evangelio según San Mateo 10, 2)

  • Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de las obras de Cristo, por lo que envió a sus discípulos (Evangelio según San Mateo 11, 2)

  • Jesús les contestó: «Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes están oyendo y viendo: (Evangelio según San Mateo 11, 4)

  • Una vez que se fueron los mensajeros, Jesús comenzó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes fueron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? (Evangelio según San Mateo 11, 7)

  • Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él. (Evangelio según San Mateo 11, 11)

  • Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él. (Evangelio según San Mateo 11, 12)

  • Hasta Juan, todos los profetas y la Ley misma se quedaron en la profecía. (Evangelio según San Mateo 11, 13)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina