Found 1671 Results for: Descanso de la tierra

  • Subió el nivel de las aguas, y crecieron más y más sobre la tierra, y quedaron cubiertos los montes más altos que hay bajo el cielo. (Génesis 7, 19)

  • Todo ser mortal que se mueve sobre la tierra pereció: aves, bestias, animales, todo lo que tiene vida y se mueve sobre la tierra - y toda la humanidad. (Génesis 7, 21)

  • Todo ser vivo que existía sobre la tierra murió. (Génesis 7, 22)

  • Así perecieron todos los vivientes que había sobre la tierra, desde el hombre hasta los animales, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la superficie de la tierra. Sólo sobrevivieron Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)

  • Las aguas inundaron la tierra durante ciento cincuenta días. (Génesis 7, 24)

  • Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron. (Génesis 8, 1)

  • Entonces se cerraron los manantiales que brotaban del abismo, como también las compuertas del cielo, y la lluvia cesó de caer sobre la tierra. (Génesis 8, 2)

  • Las aguas iban bajando sobre la tierra, con flujo y reflujo; empezaron a descender después de los ciento cincuenta días. (Génesis 8, 3)

  • El día diecisiete del séptimo mes, el arca descansó sobre los montes de Ararat. (Génesis 8, 4)

  • y soltó al cuervo, el cual revoloteaba sobre las aguas, yendo y viniendo, hasta que se evaporaron las aguas de la tierra. (Génesis 8, 7)

  • Entonces Noé soltó a la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de la superficie de la tierra. (Génesis 8, 8)

  • Pero la paloma no encontró dónde posarse, y volvió al arca, pues todavía las aguas cubrían toda la superficie de la tierra. Noé extendió su brazo, tomó a la paloma y la introdujo en el arca. (Génesis 8, 9)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina