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Pero miren: Moisés les ha dado la circuncisión (aunque en realidad no viene de Moisés sino de los patriarcas) y ustedes hacen la circuncisión incluso en día sábado. (Evangelio según San Juan 7, 22)
Un hombre debe recibir la circuncisión, aunque sea sábado, para no quebrantar la ley de Moisés; entonces, ¿por qué se enojan conmigo porque he salvado al hombre entero en día sábado? (Evangelio según San Juan 7, 23)
Jesús les contestó: «Aunque yo hable en mi favor, mi declaración vale, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy. Ustedes son los que no saben de dónde he venido ni adónde voy. (Evangelio según San Juan 8, 14)
Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. (Evangelio según San Juan 11, 25)
Aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él. (Evangelio según San Juan 12, 37)
Jesús le dijo: «El que se ha bañado, está completamente limpio y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.» (Evangelio según San Juan 13, 10)
Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo. (Evangelio según San Juan 16, 32)
Aunque no encontraron en él ningún motivo para condenarlo a muerte, pidieron a Pilato que fuera ejecutado. (Hecho de los Apóstoles 13, 28)
Habían de buscar por sí mismos a Dios, aunque fuera a tientas: tal vez lo encontrarían. (Hecho de los Apóstoles 17, 27)
Le habían enseñado algo del camino del Señor, y hablaba con mucho entusiasmo. Enseñaba en forma acertada lo referente a Jesús, aunque sólo se había quedado con el bautismo de Juan. (Hecho de los Apóstoles 18, 25)
Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia divina no lo deja vivir.» (Hecho de los Apóstoles 28, 4)
Pero Cristo está en ustedes, y aunque el cuerpo lleve en sí la muerte a consecuencia del pecado, el espíritu es vida por haber sido santificado. (Carta a los Romanos 8, 10)