21. Por eso Dios le hizo un juramento: todas las naciones serían bendecidas en su descendencia, la multiplicaría como el polvo de la tierra, elevaría su descendencia hasta las estrellas, su posteridad dominaría de uno al otro mar, desde el Eufrates hasta donde terminan las tierras en occidente.





“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina