Sirácides (Eclesiástico), 30
3. El que instruye a su hijo será envidiado por su enemigo; y se alegrará de él delante de sus amigos.
3. El que instruye a su hijo será envidiado por su enemigo; y se alegrará de él delante de sus amigos.
“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina