12. Dalila, pues, lo ató con siete cordeles trenzados, pero, cuando gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!», él nuevamente se soltó. Así que Dalila le dijo:





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina