33. Pero vean cómo el Señor Yavé de los Ejércitos desgaja con fuerza las copas de los árboles; los más altos son cortados y los más orgullosos, rebajados. Su hacha termina con los matorrales del bosque,





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina