35. Al ver los israelitas la cara de Moisés, notaban que su piel era radiante; pero Moisés volvía a ponerse el velo, hasta que entraba a hablar con Yavé.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina