15. Estaba también el santuario de Betel, con el altar que Jeroboam, rey de Israel, había hecho. En este lugar el pueblo de Israel había mantenido un culto prohibido por Yavé. El rey lo derribó. Incendió el santuario y quemó el tronco sagrado.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina