37. Después de esto, Elyaquim, hijo de Helcías, mayordomo del palacio, el secretario Sobna y Joaj, hijo de Asaf, canciller, volvieron a Ezequías con sus vestiduras rasgadas y le contaron las palabras de Rabsaces.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina