12. Entonces el sacerdote Joyada hizo salir al hijo del rey, le puso la corona y el brazalete, lo proclamó y lo consagró. Todos aplaudían, gritando y diciendo: «¡Viva el rey!»





“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina