7. y dijo: «¡Pobre de mí! ¿Acaso he nacido para ver la ruina de mi pueblo y la destrucción de la ciudad santa? ¿Voy a quedarme sentado cuando está en manos de enemigos, y su santuario en poder de extraños?





“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina