I Macabeos, 6
37. Cada elefante llevaba encima, sujeta con cinchas, una sólida torre de madera que servía de defensa, y en cada una de ellas iban tres guerreros que combatían desde allí, además del conductor.
37. Cada elefante llevaba encima, sujeta con cinchas, una sólida torre de madera que servía de defensa, y en cada una de ellas iban tres guerreros que combatían desde allí, además del conductor.
“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina