1. Una luz espléndida brillaba, en cambio, para tus santos. Los egipcios, que oían su voz sin ver su figura, los proclamaban dichosos, aunque primero hubiesen padecido;





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina