34. Los gritos de Jesbón y de Elealé llegan hasta Yahas; se grita desde Soar hasta Joronáyim y Eglat Selisiya, pues también las aguas de Nimrín se convierten en un desierto.





“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina