36. Apenas terminó él de hablar, cuando llegaron los hijos del rey, que se pusieron a llorar a voz en grito. También el rey y sus servidores lloraron con gran llanto.





“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina