8. Cerca todavía de Jerusalén, mientras todos marchaban con ánimo igualmente decidido, se vio a la cabeza de ellos un jinete vestido de blanco, con armadura de oro, que hacía vibrar su lanza.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina