9. Todo esto era de piedras costosas, talladas a escuadra, cortadas con la sierra, por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas y desde fuera hasta el atrio grande.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina