36. Al ponerse el sol, corrió esta orden por el campamento: "¡Cada cual a su ciudad, cada cual a su tierra, el rey ha muerto!".





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina