22. Los querubines alzaron entonces sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento al mismo tiempo que ellos, mientras la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina