Eclesiástico, 10
13. Porque el principio de la soberbia es el pecado, el poseído por ella hace llover las calamidades. Por eso el Señor envió extraños castigos y los redujo a la nada.
13. Porque el principio de la soberbia es el pecado, el poseído por ella hace llover las calamidades. Por eso el Señor envió extraños castigos y los redujo a la nada.
“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina