6. Tan sólo una llamarada, por sí misma encendida, se dejaba entrever sembrando el terror; pues en su espanto, al desaparecer la visión, imaginaban más horrible aún lo que acababan de ver.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina