6. Ven, pues, por favor, maldíceme a ese pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver si puedo vencerle y lo arrojo del país. Pues sé que el que tú bendices queda bendito y el que maldices, maldito.»





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina