10. Sedecías, hijo de Kenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: «Así dice Yahveh: Con estos acornearás a Aram hasta acabar con ellos.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina